Comparación entre antiespasmódicos y analgésicos: ¿cuál es la diferencia y cuándo se deben tomar?

Los analgésicos (también llamados calmantes) son medicamentos utilizados para tratar y controlar el dolor.¹ Entre ellos se incluyen los siguientes:

• Acetaminofén (también conocido como paracetamol);
• Antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno o la aspirina;
• Antidepresivos;
• Antiepilépticos;
• Anestésicos locales;
• Opioides.

El acetaminofén y los AINE son analgésicos no opioides de venta libre (OTC, por sus iniciales en inglés) que puede adquirir sin receta médica. Los antidepresivos, los antiepilépticos y los opioides son recetados por su médico. Los anestésicos locales pueden estar disponibles con o sin receta dependiendo del medicamento concreto.

El paracetamol se utiliza para tratar el dolor leve y moderado y para reducir la fiebre.¹

Los AINE se utilizan para:¹

• Aliviar el dolor leve o moderado;
• Reducir la fiebre;
• Aliviar el dolor asociado a la inflamación;
• Reducir la hinchazón.²

El paracetamol o los AINE pueden ayudar a tratar los siguientes tipos de dolor:^{2, 3, 4}

• Cefalea y migrañas;
• Dolor de muelas;
• Dolores menstruales;
• Dolor por esguinces;
• Fiebre por resfriados y gripe;
• Dolores generales;
• Dolor asociado a la inflamación, por ejemplo, en afecciones como la artritis reumatoide y la artrosis (los AINE, en particular, son adecuados en este caso)

Además de aliviar el dolor, los AINE también tienen un efecto antiinflamatorio. Actúan deteniendo la producción de ciertas sustancias químicas que causan inflamación y dolor.

La forma exacta en la que el acetaminofén alivia el dolor no es clara.¹ Sin embargo, la creencia general entre los investigadores ha sido que inhibe ciertas vías del sistema nervioso central, de forma similar a los AINE.⁶

Otra diferencia clave entre los AINE y el acetaminofén es que este último no reduce la inflamación.⁶

Por último, algunos expertos también creen que el acetaminofén alivia el dolor activando el sistema analgésico natural del cerebro, llamado sistema endocannabinoide.⁶ Como dato curioso, el sistema endocannabinoide también es responsable de la increíble variedad de efectos psicológicos provocados por el consumo de tetrahidrocannabinol (THC), que es el compuesto psicoactivo presente en el cannabis. Sorprendentemente, el sistema endocannabinoide es en realidad un descubrimiento muy reciente. Este sistema, que tiende un puente entre el cuerpo y la mente a través de la química, fue descubierto solo en 1988. Además, es responsable de regular la función inmunológica, el azúcar en sangre y las hormonas, por nombrar solo algunas de sus funciones.¹⁶

El acetaminofén y los AINE suelen ser seguros si se toman correctamente. Sin embargo, a veces pueden producirse efectos secundarios.

Los efectos secundarios del acetaminofén son poco frecuentes.^{1, 3} Entre ellos se incluyen los siguientes:

• Erupciones, hinchazón o reacciones alérgicas;
• Trastornos sanguíneos, como anemia (bajo número de glóbulos rojos), leucopenia o neutropenia (bajo número de leucocitos);
• Daño hepático (debe respetarse la dosis máxima diaria de 4 g para evitarlo);
• Algunos trastornos metabólicos y electrolíticos, como la hiperglucemia o los niveles bajos de calcio.

Los AINE, como el ibuprofeno y la aspirina, pueden provocar efectos secundarios. Sin embargo, no todo el mundo los padece.

En el caso del ibuprofeno, los efectos secundarios más frecuentes son los siguientes:⁴

• Náuseas o vómitos
• Estreñimiento o diarrea
• Indigestión (dispepsia) o dolor abdominal.

En el caso de la aspirina, los efectos secundarios más frecuentes son los siguientes:²

• Indigestión y dolores estomacales
• Sangrado o aparición de moretones con mayor facilidad

Todos los AINE pueden causar lo siguiente:

• Efectos secundarios gastrointestinales, como náuseas, anorexia, indigestión, dolor abdominal, úlceras, sangrado estomacal, perforación, estreñimiento y diarrea.
• Efectos secundarios relacionados con los riñones, como retención de sal y agua y daño renal.
• Efectos secundarios relacionados con el sistema nervioso central, como cefalea, mareos, vértigo, confusión y depresión.
• Daño hepático.
• Efectos secundarios cardiovasculares, como hipertensión, aparición de moretones y sangrado con mayor facilidad.